2015-02-03 / 0 Comentarios
Nuestra historia contada por Manuel Rodríguez, primer presidente de la Peña.
Sin duda los sentimientos son un don de los seres humanos, algo inherente a la persona, un poder que hace mover montañas, nos provocan sonrisas y nos llenan en otras ocasiones de llantos, los sentimientos son muy variados, yo quiero hacer alusión a uno que me acompaña desde pequeño. Si los sentimientos se arraigan a la persona estos se hacen fuertes y perduran.
Con 7 años estaba sentado en una mesa del comedor escolar cuando oigo como otros chicos de mayor edad hablan de un equipo que lleva en el escudo un león, de jugadores como Arrúa, Lobo Diarte y hablan eufóricos de un resultado: ¡Un 6-1!. El equipo era el Zaragoza y el goleado el Madrid; desde entonces siempre cuando mi mente piensa en fútbol este pensamiento va acompañado del Real Zaragoza.
Habían pasado muchos años desde entonces pero el mismo sentimiento me acompañaba: la misma ilusión y simpatía por el Real Zaragoza, lo que me llevó con un grupo de amigos a formar una peña zaragocista.
Era el verano de 1997 y los títulos de Copa del Rey y de la Recopa aún perduraban en nuestras mentes; comenzamos en junio a dar los primeros pasos informándonos de todos los requisitos necesarios para que la peña estuviese en marcha para la temporada que se iniciaba en septiembre.
Nos informamos en la DGA y nos dieron un borrador para poder realizar los estatutos de la peña, así en el comienzo de la temporada estaba ya todo formalizado, y entonces los tres que dimos vida a la idea tomamos posesión de los primeros cargos: tesorero José Luis, vicepresidente Chema y presidente Manuel.
Lo primero que había que pensar era el nombre, desde un principio teníamos claro que no sería el nombre de ningún jugador que en ese momento estuviera de moda, así que empezamos a rebuscar en la rica historia del Zaragoza. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos dimos cuenta que ninguna Peña hacía referencia en su nombre a los equipos: La elección fue fácil.
El nombre de los Alifantes me gustó por su encanto y su hazaña ya que fué el primer equipo que subió al Zaragoza a Primera División.
Pensado el nombre decidimos crear una bandera que representase a la Peña y la verdad que rápidamente di con ella, al unir los colores de los dos equipos que al fusionarse formaron el Real Zaragoza, estos eran el Iberia y el Real Zaragoza Club Deportivo.
Todo empezó a andar y el siguiente acontecimiento fue muy importante para que la peña los Alifantes tomase su verdadero carácter. Resulta que para la puesta de largo de la peña se celebró una cena en la cual se daban unas placas a los jugadores Gustavo López y Kily González, aparte de otra placa para Miguel Gay quién fue el periodista que primero hizo referencia del nombre de los Alifantes publicándolo en el Heraldo de Aragón. Vino su nieto a recoger la placa porque el abuelo ya había fallecido. Nos dimos cuenta que eso de las placas era un estorbo para los jugadores y que seguramente las tirarían nada más llegar a casa, así que decidimos crear unos trofeos únicos que representasen de forma original a la Peña. Estuvimos mirando escultores y al final dimos con Miguel Cabré. La idea era por un lado que esculpiese un elefante con calzones del Real Zaragoza y con el escudo en el pecho, los bocetos que nos preparó nos encantaron y aprobamos su realización. Por otro lado, teníamos en mente dar un trofeo al mejor portero de Aragón y pensamos en Andrés Lerín, que fue el guardameta de los Alifantes además de estar ligado a la institución maña durante muchos años de su vida. Este nos recibió en su casa y charlamos durante buen rato conociendo a la persona y la figura que suponía para el zaragocismo. La escultura de Lerin es fabulosa y de un gran valor sentimental para la peña. Con los moldes ya hechos nos tuvimos que ir a Cientruenigo en Navarra para que nos preparasen los trofeos que en años venideros hemos ido concediendo.
La peña ya funcionaba a velocidad de crucero y pienso que tuvimos muy buena acogida entre las demás peñas. También coincidió que ese año se crease la Federación de Peñas y es un orgullo el haber formado parte de las trece peñas fundacionales de dicha Federación.
Unos 4 años estuve de presidente dando el relevo posteriormente a otros peñistas como Pascual, Carlos y ahora Pepe. Cada uno dándole un carácter e imprimiendo su impronta pero con algo que nos une a todos: un sentimiento y unos colores, el blanquiazul.