02-04-2021
El Real Zaragoza dejó pasar otro de los trenes
con dirección a la permanencia; el duelo contra el Cartagena estaba marcado en
rojo de cara a huir de la quema del descenso. El escenario, La Romarda y el
rival, el penúltimo de la tabla, dibujaban un contexto difícilmente mejorable
para que el conjunto de JIM diera un golpe de autoridad sobre la mesa. No
obstante, el vértigo a ganar y el pánico a perder se apoderaron de un
atemorizado Zaragoza, inmerso en una espiral de decepciones y sinsabores. El
empate a nada fue el reflejo cristalino de dos equipos incapaces de
desprenderse de los fantasmas que les persiguen durante toda la temporada. Los
partidos contra Logroñés y Cartagena, deberían de haber sido el punto de
inflexión para abandonar la zona caliente; sin embargo el conservadurismo del míster
y la poca valentía de la mayoría de los jugadores, han terminado por condenar a
los blanquillos a afrontar las últimas diez jornadas pendiendo de un hilo.