04-12-2024 / 0 Comentarios
Tuvo que ser
en los penaltis, de forma triste, cuando el Real Zaragoza puso fin a
su andadura en Copa del Rey. Ante el Granada, en el primer asalto se
vio un festival ofensivo que terminó 2-2, pero ese mismo resultado
se mantuvo en la segunda mitad y en la prórroga. En la cara y cruz de la pena
máxima, el conjunto maño se despidió del torneo copero, con los fallos de
Clemente y de Mañas.
Víctor
Fernández dejaba a Cristian en el banquillo y, por sorpresa,
apostaba por una línea de cinco atrás. En ella, Calero y Tasende ocuparían los
carriles derecho e izquierdo, mientras que Vital, Jair y Clemente se ubicaban
en el eje de la zaga. El doble pivote estaba compuesto por Aguado y Moya, con
Pau Sans y Ares en las bandas, pero algo más adelantados. Arriba, Marí. Había
hombres fuertes en el Granada, con Weissman o Trigueros.
El sistema,
como siempre en el Real Zaragoza, donde mejor funcionaba era arriba.
Porque en los primeros minutos, las más claras eran precisamente para los
carrileros. Primero, Tasende logró emerger hasta plantarse
ante Luca, que repelió el zurdazo; y Calero no aprovechó el rebote de un buen
pase de la muerte que ofreció Pau.
Todo esto, en
los primeros diez minutos, pero no habría que esperar mucho para ver los
primeros frutos arriba. Precisamente Calero, tras una buena triangulación,
se llevó la pelota por banda derecha. El centro, hay que reconocerlo, fue
majestuoso, directo a la cabeza de un Adu Ares que solo tuvo
que empujar para el 1-0 en el 17.
La realidad es
que el cambio funcionaba en los primeros compases. Los blanquillos conseguían
superioridades, especialmente por los costados, y llevaba la iniciativa la
iniciativa con el cuero. Si había que tocar lo que no funcionaba en los últimos
días, no se podía reprochar que no intentase el cambio. Además, era para bien.
Por mejorar,
podía mejorar todo, pero el Real Zaragoza tiende a complicarse. Así,
al filo de la media hora, Adu Ares se llevaba un cuero dentro del área y, tras
ser trastabillado, se decretó penalti que se dispuso a lanzar Marí a
los 28 minutos. Y penalti que falló.
Eso tocó el
ánimo de los zaragocistas; a lo que se añadía la obligación del Granada de
tomar las riendas del partido. Comenzaba a acercarse, pero sin peligro serio.
Hasta que el
Real Zaragoza decidió convertirse en el peor enemigo de sí mismo. Una
pérdida de Adu Ares terminó en córner y en un gol de Weissman en
el 42, que remató totalmente solo para el 1-1. Y tres después, un córner al
área pequeña terminó en un remate de Clemente en el fondo de
la propia portería para el 1-2.
La defensa blanquilla esta
temporada se ha erigido como el mejor ataque rival. O, dicho de otra manera, un
auténtico desastre. Un coladero en jugadas individuales, por mucho que
transmita cierta solvencia en la mayoría de minutos. Y eso cuesta partidos; es
uno de los debes corregibles y a corregir.
Sin embargo,
también es dinamita arriba. En este sentido, Adu Ares se coronó.
Justo antes de decretarse el final del primer asalto, el atacante recibió, se
escoró y puso el balón en el fondo de la portería. Golazo para el 2-2.
El Real
Zaragoza es lo que se vio ante el Granada. Su eficacia arriba no tapa
que su defensa da miedo al miedo. Pero, al menos, le suele mantener vivo.
Exactamente como sucedió ante los granadinos.
La intensidad
zaragocista al comienzo del segundo asalto le dejaba más cerca del gol, pero
sin concretar. Acercamientos de Ares, de Pau, de Liso cuando salió. Ese acierto
se había perdido en la segunda mitad, donde los dos equipos se preocupaban más
de protegerse.
Pero hasta la
intensidad cayó. Conforme se acercó el final del tiempo reglamentario, las
pulsaciones bajaron. Se percibía hasta miedo a perder. Y como esa tesitura se
sintió en el Real Zaragoza y el Granada, sucedió lo inevitable:
prórroga en La Romareda.
De fútbol en
la segunda mitad, más bien poco. En peligro real, un lanzamiento lejano de
Tsitaishvili. Así que daba comienzo la prórroga en el Municipal.
Tras
una prórroga de poco fútbol, sin grandes ocasiones – más que
un remate final de los granadinos – se llegó al punto de penalti. La prórroga
fue un trámite, un tiempo a pasar con cierto miedo. Más del deseado.
Así que se dio
paso a los penaltis. Y en ellos, todo se puso de cara cuando falló Weissman,
pero Clemente y Mañas no hicieron sus tantos. Así que el Real Zaragoza, en el
tramo final, y con ella La Romareda, dice adiós a la Copa del Rey.
El próximo
encuentro los blanquillos lo disputarán el sábado 7 a las 18:30 h. en el
estadio de Abanca-Riazor frente al Deportivo de La Coruña.
Ficha técnica:
Real Zaragoza:
Femenías; Calero, Clemente, Jair, Vital (Lluís López, min 46’), Tasende (Luna,
min 61’); Adu Ares, Marc Aguado (Keidi Bare, min 77’), Toni Moya (Francho, min
101’), Pau Sans (Liso, min 61’); Marí.
Granada C.F.: Luca; Ricard, Lama (Williams, min
83'), Lucas Pérez (Brau, min 46’); Sergio Ruiz, Trigueros (Gonzalo Villar,
min 70’); Corbeanu (Tsitaishvili, min 70’), Rodellas (Miguel Rubio, min 82’),
Diao; Weissman.
Goles: 1-0, Adu
Ares (min 17); 1-1, Weissman (min 42’); 1-2, Clemente en p.p.
(min 45’); 2-2, Adu Ares (min 45+3’).
En penaltis,
4-5: 1-0, Villar; 1-1, Francho; 1-2, Ruiz; 2-2, Calero;
falla Weissman; 3-2, Luna; 3-3, Luca; falla Clemente;
3-4, Tsaishvili; 4-4, Bare; 4-5, Rubio; falla Mañas.
Árbitro: Cid Camacho. Amonestó a Marí (min
16’), Lucas Pérez (min 34’), Pau Sans (min 39’), Williams (min 40’), Tasende
(min 45’), Mañas (min 90+1’), Miguel Rubio (min 97’), Calero (min 108’).
Resumen del
encuentro: